miércoles, 20 de octubre de 2010

Capítulo 1

Capítulo 1

Estaba sentada en el alfeizar de la ventana. Estar ahí me relajaba, el por qué no lo sabía, pero es como mi sitio especial. Cada vez que estoy triste me siento aquí, me pongo a pensar y poco a poco me relajo. Aunque las vistas no son bonitas (un gran edificio de color gris que poco tenía de interesante) y la plaza que hay abajo. Vivo en un segundo piso, así que la plaza se veía bastante bien. Acababa de discutir con mi madre, como siempre. Vivíamos solas en este acogedor piso. Mi padre había muerto cuando yo era pequeña. No recordaba mucho de él. Pero si recordaba que era un borracho y que era distante conmigo, creo que nunca quiso que yo naciera.
Me puse a mirar a las nubes, intentando distinguir alguna figura graciosa, de estas que aparecen después de mirar fijamente por un rato. Pienso en la discusión que acabo de tener con mi madre, como siempre, fue por la comida. Tenía que reconocer que no estaba muy contenta con mi cuerpo, estaba un poco gorda. Como odiaba tener tripita, decidí comer un poco menos. Y como no, mi madre se quejaba de que comía poco, tenía miedo de que me volviera bulímica o anoréxica. Se preocupaba demasiado. Un ruido me sacó de mis pensamientos. Era mi móvil.
-¡Lore! ¿Hoy tienes algún plan?
-Pues de momento no. ¿Por?
-He quedado con Yaiza y Rebeca, ¿vienes?
-Vale. ¿A qué hora y donde?
-Dentro de media hora en la plaza de debajo de tu casa.
-Ok. Allí estaré.
Colgué y me fui al salón a pedirle permiso a mi madre, y aunque rezongó un poco, accedió a que saliera a dar una vuelta. Subí las escaleras y me maquillé y me peine. Fui a mi habitación y me vestí, ya que aún llevaba el pijama. Me puse unos vaqueros y una camiseta gris, los tenis y lista.
Bajé 5 minutos antes. Y aunque sabía que las chicas iban llegar tarde, pero tenía la manía de llegar pronto a todos los sitios. Como no me apetecía esperar sin hacer nada, busqué en el bolso hasta encontrar mi paquete de Camel, saqué un cigarro y rebusqué por el bolso en busca del mechero. ¡Se me había olvidado en casa! Pasé la mirada por la plaza mirando a ver si había alguien que pudiera tener un mechero. Había un chico de mi edad, más o menos, moreno, alto, de ojos marrones, con chupa de cuero negra y un cigarro en la boca. El chico era bastante guapo. Me acerqué a él y le pedí fuego. Él la miro como si fuera el rey del mundo. Eso me cabreó.
-Disculpa, solo te estaba pidiendo fuego, no te iba a morder ni nada por el estilo. Que te aproveche el cigarro.
-¡Que humitos tiene la nena! Espero que no a todo el mundo le trates así…
-En realidad solo trato así a los idiotas, pero… ¿quién sabe? Igual no eres idiota con todo el mundo.
-No lo soy. Me llamo Pablo. –Me dijo mientras me pasaba su mechero-. ¿Y tú te llamas…?
-Gracias, soy Lorena
-¿Vives aquí?
-Sí, pero creo que a ti eso te da igual, así que me voy.
-levo aquí pocos días y eres la única chica “no fea” con la que me he topado… Así que, creo que si me importa, ya que viviré aquí a partir de ahora. Y pues a partir de ahora, quiero saber con cuantas chicas tendré algo. En estos momentos, en mi lista, solo estás tú.
-¡Que halagador! –Dije en tono sarcástico-. ¿No crees que eres bastante flipado y creído? Tú y yo no tendremos nada.
-Eso ya lo veremos, princesa –Dijo Pablo mientras me guiñaba un ojo.
Miré para los lados y vi que venían las chicas, le di a Pablo una mirada y me fui hacia las chicas. Estuvimos dando vueltas toda la tarde. Lo pasamos bien. Pero no me daba quitado el cabreo que me había puesto ese tal Pablo. ¡Qué niñato!
Cuando llegué a casa “cené”, por suerte mi madre no estaba en casa, así no me podía regañar por comer poco. Subí a mi cuarto y me puse a escuchar música. Sonó la de Dear Angel, de April Sixth
No sé cómo, pero empecé a pensar en Pablo, era demasiado chulo, un creído, igual se creía que si quería podía tener a cualquier chica. Pues a mí no me tendría. Era un idiota. Solo quería no volverlo a ver, así no me enfadaría. Entonces recordé esos ojos marrones. Esa sonrisa tan pícara que tenía, cada vez que decía algo estúpido la ponía. Me había fijado en sus manos, cuando me pasó el mechero, era bonitas, suaves y ni muy grandes ni muy pequeñas. ¿Pero qué estaba haciendo? ¿Por qué pensaba en él? Es un idiota, no pienso perder no un segundo con él.
Era ya tarde, y al día siguiente empezaban las clases. No quería llegar tarde el primer día. Tenía que dormir. Apagué mi ordenador y me fui a dormir. Esa noche soñé con él.

3 comentarios:

  1. Hola...♥
    Me encanta el primer capitulo y seguro que los proximos no me decepcionan :)
    Seguid asi las dos, os quiero un monton! ♥

    ResponderEliminar
  2. weno yo m paso chicas.... leere cuando tenga un respiro besos

    ResponderEliminar
  3. Jajajjaa Mucho bla bla bla,que si chulito, que si idiota, pero Lore ya esta recoladita por él.

    Chicas la historia está genial, voy a por el segundo capi ^^

    ResponderEliminar