miércoles, 15 de diciembre de 2010

Capítulo 8

Pablo sonrió mientras se acercaba lentamente a mi boca, con cautela por si volvía a rechazarle. Pero esta vez no pude rechazarle. ¿Cómo iba a rechazar a la persona que siempre estaba ahí cuando estaba en peligro? Nos besamos lentamente. Deseé que ese beso fuese eterno pero apenas duró.
-¡Ah! ¡Me duele la herida! - Era verdad, Pablo aún seguía sangrando del labio-. Pero si me besas así otra vez creo que esto se cura en segundos…
Volvió a sonreírme de esa forma que me gustaba tanto y me hacíasoñar. Le besé, lentamente, con cuidado, sintiendo como todos los problemas se alejaban de mí, notando sus manos en mis mejillas y mis manos tocando su suave pelo…
Me fijé en la plaza en la que estábamos. Era la plaza donde le conocí, en el banco donde le vi por primera vez. Pablo me miró a los ojos. Yo estaba temblando. Había sido el momento más perfecto de mi vida.
-Hace frío princesa. ¿Vamos a casa, vale? Demasiadas emociones juntas hoy…
Le sonreí. Me volvió a besar tiernamente y fuimos hacia mi casa abrazados. Al llegar a la puerta me besó de nuevo.
Aún no me acostumbraba a aquello pero me encantaba sentir el roce de
sus labios. Subí a mi habitación y me metí en la cama, no podía dormir, sólo podía pensar en él.
A la mañana siguiente me despertó un sms. Cogí el móvil y vi que ponía: “Princesa.. kiero vert!! Te exo d -! Pueds kdar?” Era Pablo. Yo también quería verle, quería besarle y abrazarle. Mierda, hoy no podía quedar con él. Había prometido a mi madre que me quedaría a recoger mi cuarto, y tal y como estaba mi habitación supe que estaría todo el día ahí encerrada.
“Pablo! Lo sient mxo xo hoy no puedo… Lo siento! Mñn nos vems ok? Yo tambn t exo d -!”
El día fue muy aburrido. Recoge esto, recoge aquello… Pablo no salía de mi mente pero eso ahora ya no era un problema. Ya estaba con él. Mierda, ¿Qué
se suponía que éramos Pablo y yo? ¿Amigos? ¿Novios? Él me echaba de
menos, eso era lo único importante. Mañana aclararía las cosas con él.
Al día siguiente me desperté pronto. Quería llegar de las primeras a clase para poder aclarar las cosas con Pablo. No desayuné nada,  me puse un
pantalón vaquero, las converse y una de mis camisetas favoritas y salí
corriendo de casa.Llegué a clase per Pablo aún no había llegado. Apareció
Rodri y me dijo que quería hablar conmigo asique me fui a dar una vuelta
por el instituto con él, pero antes mande un sms a Pablo. “Pablo,
avisam cuand llegues a clase! Qiero vert ya! =)”
Cuando Rodri y yo estuvimos a solas me dijo:
-Lore, desde hace tiempo quiero decirte algo pero nunca me he atrevido.
-Bueno, tranquilo. Dime.
Rodri se quedó mirándome unos segundos y me besó. Yo no pude hacer nada por detenerlo pero me aparté lo antes posible.
- Rodri, ¿se puede saber lo que estás haciendo?
-Lore, estoy enamorado de ti, desde siempre.
-Rodri… yo… yo quiero a Pablo y quiero intentarlo con él. Lo siento.ç
¿Quiero a Pablo? ¿Ya lo había reconocido? Sí, sin darme cuenta había reconocido que le quería, aunque era más que obvio. Fui a clase para intentar ver a Pablo. Allí estaba él. Realmente guapo, perfecto.
-Pablo, tenía ganas de verte.
-¿Sí? No lo parece…
¿Qué le pasaba ahora?
-Pablo, sabes que sí que quería verte… lo del sábado…
-Lo del sábado fue una estupidez, Lorena. Tú estabas mal y yo sólo intentaba animarte, nada más.
¿Nada más? ¿Cómo que nada más? Para mí sí que había sido algo más. Quería llorar, quería comer hasta reventar, pero me contuve, él no iba a conseguir hacerme llorar. Entró el profesor y me senté en mi sitio. No presté atención a nada de lo que decía, en mi mente sólo se repetía una cosa: Pablo, Pablo,
Pablo…
Salí al recreo y les dije a mis amigas que prefería estar un rato sola, necesitaba llorar. Me senté en un banco que daba a la parte de atrás del instituto. Allí no solía ir nadie. Me puse a llorar. No podía entender a Pablo. Un día parecía que me quería y que me echaba de menos, y al día siguiente que sólo me besó por lástima. Le odiaba, le odiaba más que nunca; y le quería, le quería más que a nadie.
-Lore…
Joder, el imbécil de Pablo.
-¿Qué coño quieres? ¿También te doy pena ahora y me vas a besar? Vete a
la mierda ¿vale? Eres un cabrón. ¿Por qué me mandaste luego el sms
diciendo que me echabas de menos? Eres un cabrón, eres un cabrón Pablo y
yo soy gilipollas por pensar que sentías algo por mí.
-¿Yo soy un cabrón? ¡Al menos yo no juego a dos bandas! Si te besé no fue
por lástima, eso lo he dicho porque estaba enfadado. Te besé porque
quiero estar contigo, pero parece que tú quieres estar con tu amiguito…
así que deja de insultarme porque yo al menos no te he mentido.- Le
odiaba, si no fuese porque tenía ganas de besarle juro que le hubiese
matado en ese mismo instante con mis manos.
-¿Con Rodri? ¡Tú eres gilipollas! Yo quiero estar contigo, él sólo es mi
amigo.
-¿Tu amigo? Vaya, pues que bien tratas a tus amigos… metiéndoles la
lengua hasta la campanilla…
- ¿Pero qué estás diciendo?
-Joder tía, ¡que ya sé lo de esta mañana! Deja de hacerte la tontita, ¡coño!
-¿Lo de esta mañana? ¿Quieres saber que ha pasado esta mañana? Que Rodri
me ha dicho que me quiere, me ha besado y me he apartado en cuanto he
podido… y le he dicho que sólo quiero estar contigo…
Todo volvía a salir mal. Me fui a clase, ya era tarde. Pablo tardó diez minutos más y se inventó una excusa penosa para justificarse. Se sentó y me mandó un
sms: “Ncesito hblar cntigo. PERDONAME. Dsd k te vi kise star cntigo! No aguant ni un solo segund + sin ti. Perdoname!” No, no iba a perdonarle. Estaba harta, lo nuestro nunca podría funcionar.

2 comentarios:

  1. ¿Cómo!!! No, pero si ha sido solo una confusión, seguro que lo arreglan, conozco peores situaciones!! Vengaaaaaaa

    Está muy bien, seguid, seguid!! besosss

    PD: colgué otro capítulo en mi blog! http://escueladecombatenovela.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. No te digo....mira k se complican las cosas de mala manera

    A ver k pasa...espero siguiente capiii...jeje.

    ResponderEliminar